El Consejo Internacional de Archivos con su lema #SomosArchivo quiere acentuar la importancia de los profesionales que trabajan en los archivos y su trascendencia para la sociedad.
La preocupación, cuidado y dedicación de las personas que trabajan en el Archivo del Centro de Ciencias Humanas y Sociales ha procurado que la información contenida en las placas de vidrio de sus colecciones se conserve, ayudando a comprender nuestro pasado y favoreciendo la creación de nuevos conocimientos.
Fig. 08: Placa de vidrio consolidada con anotaciones y máscaras de tinta y papel en el soporte de vidrio. Archivo Luis Lladó. ATN/LLL/0024/1626
Fig. 09: Vidrio fracturado. Archivo Manuel Gómez-Moreno y Ricardo Orueta. ATN/GMO/011/a00548
Esta labor implica abordar una serie de actividades que van desde la limpieza y protección de los soportes, en este caso de los vidrios, hasta el análisis y descripción de los contenidos iconográficos con el objetivo de difundir esta información a través de distintos canales: Catálogo de la Red de Bibliotecas y Archivos del CSIC, web y redes sociales, exposiciones, etc.
La naturaleza del vidrio hizo que por su transparencia fuera elegido como un valioso soporte fotográfico, a pesar de su fragilidad, de ahí la importancia de las tareas de conservación. La honestidad y el respeto a los documentos originales debe ser una máxima en nuestro quehacer diario ya que de esta tarea, aparentemente sencilla, depende su conservación y preservación.
Las grietas, pérdidas de soporte, deterioros, máscaras y anotaciones de los vidrios nos hablan de la intrahistoria de los documentos, aumentando su valor, aun más si cabe, como testigos fieles del pasado vivido. Las placas fotográficas ahora son patrimonio documental y las tareas de conservación del archivo no deben enmascarar esos “desperfectos” para que puedan ser analizados y estudiados, contribuyendo así a un mayor conocimiento de nuestra sociedad.
Fig. 10: Emulsión desprendida del soporte de vidrio. Archivo Luis Lladó. ATN/LLL/0014/0750
Fig. 11: Placa que presenta pérdida de transparencia y deterioros en la emulsión causados por la lixiviación del soporte de vidrio. Archivo Manuel Gómez-Moreno y Ricardo Orueta. ATN/GMO/030/a01490
Las placas de vidrio, pese a su fragilidad, han hecho perdurable la memoria fotográfica atrapada en ellas. Una memoria que nos lleva, en muchas ocasiones, a la frontera entre dos mundos: aquel que, durante miles de años, generó sus imágenes a partir de un proceso intelectual (dibujo, pintura, escultura) y, ese otro, que empieza a atrapar fragmentos de realidad mediante procedimientos técnicos y químicos (fotografía). Actualmente, muchos archivos cuentan en sus fondos con cientos o miles de estas pequeñas ventanas abiertas al pasado. Es el momento de proteger y custodiar este legado. No de ocultarlo, aunque las placas queden envueltas en la oscuridad de las cajas y armarios que aseguran su preservación. Una nueva revolución en el mundo de las imágenes, la digital, permite que el quebradizo vidrio y las delicadas emulsiones se repliquen en formatos inmateriales capaces de viajar en el tiempo y en el espacio sin necesidad de exponerlas al deterioro. Colecciones organizadas y accesibles aseguran la salvaguarda y el conocimiento de una memoria atrapada en vidrio.