Entre los fondos y colecciones que forman el archivo hay varios en los que el vidrio es el principal protagonista ya que están compuestos por negativos y positivos en este soporte, destacando de manera especial el Archivo Manuel Gómez-Moreno y Ricardo Orueta y el Archivo de Luis Lladó.
Manuel Gómez-Moreno comenzó a fotografiar monumentos y objetos artísticos en las campañas para la formación del Catálogo Monumental de España cuando fue nombrado responsable por el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes en 1900. Inició su trabajo con la provincia de Ávila (1900-1901), continuando después con los de Salamanca (1901-1902), Zamora (1903-1904) y León (1906-1907). Llevaba consigo su cámara y placas de gelatino-bromuro de plata de 13x18 cm para obtener las imágenes que servirían de registro de los lugares visitados y que luego quedaron plasmadas en los volúmenes que compuso.
Fig. 04: Arco lateral de la iglesia de Santa María de Lebeña. Archivo Manuel Gómez-Moreno y Ricardo Orueta. ATN/GMO/200/b0687
Con la creación del Centro de Estudios Históricos en 1910, en el marco de la recién constituida en 1907 Junta para Ampliación de Estudios (JAE), los investigadores de la Secciones de Arte y Arqueología, liderados por Gómez-Moreno, continuaron con esta metodología de trabajo recorriendo España para documentar su patrimonio artístico, y para ello fotografiaban monumentos, edificios y obras de arte que serían objeto de sus estudios y publicaciones.
Ricardo Orueta, destacado discípulo de Gómez-Moreno, al ser nombrado Director General de Bellas Artes en 1931, impulsó la creación en el CEH de un gran fichero fotográfico, el Fichero de Arte Antiguo, para inventariar y registrar las obras de arte que formaban el patrimonio español. Este hecho, demuestra la preocupación de Orueta por la custodia y salvaguarda del patrimonio histórico y la importancia que concedió a la fotografía como herramienta de apoyo para la investigación.
El conjunto fotográfico generado en la Sección de Arte y Arqueología del CEH se ha denominado Archivo Manuel Gómez-Moreno y Ricardo Orueta por ser los principales productores pero hay gran cantidad de instantáneas procedentes de investigadores que pasaron por allí. El resultado de la actividad desarrollada durante esos años fueron 18.750 fotografías en placa de vidrio, además de otras tantas en diferentes soportes, con una gran variedad de formatos (13x18, 9x12, 6,5x9 cm; diapositivas de linterna de 8,5x10 cm; placas estereoscópicas de 6x13 y de 4,5x10,7 cm; y otros formatos más pequeños).
Pero, este archivo no solo está compuesto por las fotografías producidas por el CEH, también hay numerosas placas del siglo XIX, procedentes de colecciones familiares como es el caso de muchas de las fotografías conservadas por Ricardo Orueta cuya familia gustaba de fotografiar viajes y momentos cotidianos. Por ese motivo, además de las reproducciones relacionadas con el patrimonio artístico, encontramos fotografías de distintas temáticas como paisajes, retratos, fotografías familiares, excursiones, etc., que nos muestran la parte más íntima y cercana de los investigadores.
Retomando el hilo de las reproducciones fotográficas de patrimonio nos encontramos el Archivo de Luis Lladó, fotógrafo de la Escuela de Arquitectura de Madrid, que regentaba su propio estudio, PhotoArt Lladó. Este fotógrafo destaca por su técnica depurada paralela a las corrientes vanguardistas que seguían los arquitectos con los que trabajaba. El archivo está formado por 5.884 negativos, la mayor parte en soporte de vidrio, de temática muy variada: patrimonio artístico y arquitectónico, vistas de paisajes y ciudades, retratos, maquinaria, industria, tiendas, etc. Predomina el formato 18x24 cm, y destacan las series de fotografías sobre la Exposición Iberoamericana de Sevilla, las vinculadas a los catálogos del Patronato Nacional de Turismo y las que fueron utilizadas para ilustrar reportajes en revistas de arquitectura. Además, contiene varios autorretratos en los que se aprecia su peculiar carácter y forma de trabajar.
Fig. 05: Plaza de España de Sevilla. Archivo Luis Lladó: ATN/LLL/0034/2164
Hay otras colecciones que tienen el vidrio como soporte, es el caso de la serie que reproduce las láminas del libro del Viaje de Cosme de Médicis por España y Portugal (1668-1669) editado en 1933 por el Centro de Estudios Históricos integrada por 232 placas de 30x40 cm.
Destaca el grupo de 157 placas que reproduce el Cantar de mío Cid que se integraron en el Archivo Fotográfico de Claudio Sánchez Albornoz del Instituto de Estudios Medievales (IEM). Su importancia estriba en que es la copia íntegra más antigua que se conoce del códice y fue realizada con motivo de la Exposición Internacional de Barcelona de 1929.
Fig. 06: Página del Códice del Cid. Archivo Fotográfico de Claudio Sánchez Albornoz. ATN/CID/043
El resto de secciones del CEH también utilizaron placas de vidrio como la de Filología que cuenta con 154 diapositivas de linterna de 8,5 x10 cm pertenecientes al Archivo de la Palabra y de las Canciones Populares que fueron reunidas por Eduardo Martínez Torner; 90 negativos y positivos del Laboratorio de Fonética que reproducen documentos y temas relacionados con los estudios fonéticos. Cabe mencionar 267 negativos y positivos con imágenes relativas a la Historia de España que eran utilizados por las investigadoras e investigadores con fines pedagógicos y 404 diapositivas de linterna del Instituto Español de Prehistoria.