El libro empieza a ser preparado en 1916. Se van añadiendo nuevos capítulos y se completa la parte gráfica con más dibujos, fotografías y un mapa desplegable. En el verano de 1919 sale de imprenta Iglesias mozárabes. Arte español de los siglos IX a XI. Gómez-Moreno encargó la impresión a la Fototipia Thomas, de Barcelona, pionera en España de la introducción y desarrollo de procedimientos fotomecánicos que ofrecían gran calidad en las reproducciones fotográficas, que superaban las 150.
El libro supone la culminación del proyecto de investigación que el granadino propuso desarrollar cuando se hizo cargo de la sección de arqueología del CEH en 1910. Es también la plasmación de una nueva forma de investigar, colectiva y participativa, impulsada desde la JAE. El concepto, estructura y redacción de la obra son sin duda originales de Gómez-Moreno pero, detrás, hay una acción coral: “Respecto de colaboraciones internas en este libro, un factor hay difícilmente valorable aun para nosotros mismos, debido a la comunicación y cambio de ideas continuo, al observar los edificios, entre quienes formábamos cada excursión, y así mismo en la tarea de obtener croquis, mediciones, dibujos, etc”. Frente a la tradicional y estática transmisión de conocimientos maestro-discípulo la forja de esta obra revela modernidad con la creación de “equipos” que generan nuevo conocimiento en su acción de trabajo: observando, midiendo, fotografiando, dibujando. Hay también modernidad en el carácter multidisciplinar de los equipos (arquitectos, arqueólogos, historiadores) y en lo protocolos de análisis y documentación (autopsias directas de los materiales, fotografía, planimetrías arquitectónicas nunca antes usadas en estudios históricos).
Gómez-Moreno es consciente de lo novedoso de su libro en el ambiente historiográfico español, cuyas principales referencias bibliográficas, en ese momento, eran los trabajos de Vicente Lampérez (Historia de la arquitectura cristiana española en la Edad Media, 1908-1909) y Josep Puig i Cadafalch (L´arquitectura romànica a Catalunya, 1909). De forma inmediata, Iglesias mozárabes se erige en un nuevo referente interpretativo, rupturista, que arrincona la lectura continuista a ultranza defendida años antes por Lampérez. El Arte Mozárabe de Gómez-Moreno es expresión de la ruptura frente a lo anterior y ejemplo visual de los cambios políticos, sociales y culturales experimentados por el cristianismo español más allá del fin del reino visigodo y la aparición de al-Andalus.
Iglesias mozárabes es sin duda la más importante aportación de Gómez-Moreno al campo de los estudios medievales. Él mismo, con más de 80 años, veía con satisfacción cómo ese libro había soportado el paso del tiempo “sin que haya tenido que añadir o rectificar nada”. En efecto, el viejo maestro nunca revisitó unas sendas abiertas por él mismo.