En esta sección presentamos periódicamente algunos de los ejemplares más relevantes de las colecciones de nuestra Biblioteca y Archivo.

La pieza de este mes está dedicada a Ellas: Las estudiantes de la Residencia de Señoritas, de Encarnación Lemus López.

El día 8 de este mes se ha celebrado como cada año el día de la Mujer y me ha parecido interesante traer a colación el último libro de Encarnación Lemus editado por Cátedra (2023), porque es un canto jovial y de reconocimiento a una generación de mujeres que coincidieron en la Residencia de Señoritas en las primeras décadas del XX y protagonizaron una autentica “revolución” que las transformó a ellas, impactó en sus entornos y creó un modelo de mujer nueva. Ellas, esas residentes, la mayoría “de provincias” orquestaron una transformación silenciosa, una forma nueva de estar en la vida.

Por eso les recomiendo la lectura de Ellas. Las estudiantes de la Residencia de Señoritas. La acabo de leer y su lectura me ha resultado de lo más estimulante e interesante. Se trata además del Premio Nacional de Historia de España 2023 concedido a su autora Encarnación Lemus López. Catedrática de Historia Contemporánea en la Universidad de Huelva. Una extremeña nacida en Villafranca de los Barros.

En consideración del jurado el premio se otorga “por ofrecer una mirada renovada sobre una de las instituciones clave en la incorporación de las mujeres al proceso de modernización social de España”.

El libro, asegura el jurado, “es una biografía coral, escrita con gran elegancia y con un enfoque original. Un retrato generacional y socioprofesional de aquellas españolas que protagonizaron una auténtica revolución. Mujeres que rompieron moldes, nutriendo las primeras vanguardias de profesiones hasta entonces vetadas a la presencia femenina”.

[Babelia https://elpais.com/cultura/2023-10-31/encarnacion-lemus-premio-nacional-de-historia-de-espana-2023.html Consultado 18/1/2024].

Y efectivamente como la propia editorial resume en su sinopsis esta es la historia de una aventura de la que nace un nuevo modelo de mujer.

En 1910 se levantó la restricción para que las españolas pudieran ingresar oficialmente en todos los niveles de la educación y se concede por tanto la libertad de acceso a la Educación Superior. Por entonces, en el curso 1909/1910, veintiuna españolas estudiaban en las aulas universitarias y, de hecho, entre 1910 y 1920 su presencia siguió siendo más bien anecdótica, pero la Residencia de Señoritas consiguió implantar a lo largo de la década de los veinte un nuevo modelo de mujer. Esta es su historia.[Cátedra https://www.catedra.com/libro/historia-serie-mayor/ellas-las-estudiantes-de-la-residencia-de-senoritas-encarnacion-lemus-lopez-9788437645179/ consultado 18/1/2024].

A pesar de su volumen, 506 páginas, la obra se lee con agilidad.

En 1915 abrió sus puertas la Residencia de Señoritas en Madrid con solo 3 estudiantes y en el periodo republicano albergaba un número mayor de estudiantes que la institución hermana masculina. Su apertura supuso para las españolas de provincia la oportunidad de venir a estudiar a Madrid. Este libro narra sus historias. La Residencia, en palabra de su secretaria, Eulalia Lapresta, es el primer lugar del que pudieron salir solas y que nadie las molestara. Pero también nos habla del éxito que supuso la confluencia del Instituto Internacional con ella. “La movilidad y el descubrir mundo caracterizaron la forma de vida de las residentes” (pág.37). Desde la primera a la última hoja este libro cuenta “la gran aventura del saber” y el hilo conductor que nos guía es la correspondencia entre alumnas y profesoras. Su grado intimo invita a conocer una realidad que vista desde los ojos de hoy nos asombra a veces por su vanguardismo y otras por lo retrógrado. Nos sorprende como mujeres independientes reconocer lo complejo y valiente que fueron las decisiones que tomaron, las barreras que tuvieron que saltar para conseguir sus objetivos y las frustraciones con la guerra de tanto esfuerzo.

Lemus estructura la obra en varias partes rescatando para cada una la colección de correspondencia que mejor las ilustra. Las titula: padre e hijas; el dinero importa; el dolor; amistades e influencias; ser, tener, padecer, las caras del éxito y grandes aventuras. Cierra la obra una conclusión que queda resumida en el mismo título: Las modernas de provincias.


ATN/GMO/sf4505: Grupo de alumnas durante una excursión organizada por el CEH (Archivo Manuel Gómez-Moreno y Ricardo Orueta)

Y efectivamente, este libro es una historia de éxito de muchas mujeres que pudieron formarse y ser independientes profesionalmente. Su lectura nos descubre una colección de biografías de esas mujeres a las que la autora sigue, en muchos casos, hasta el final a pesar de que el archivo de correspondencia de la Residencia se truncara en el 39.

Repaso a modo de ejemplo el contenido de algunos de estos capítulos para dar a los lectores una idea de lo que pueden encontrar, sin duda mucho más de lo que cabe en esta breve reseña.

En padre e hijas. Aparecen correspondencias continuadas entre el padre y directora hasta que la confianza está ganada, refleja como pocos las preocupaciones sociales de los progenitores y muestran la transformación social que la educación y la cultura obra en sus hijas. Algunos llegan a convertirse en auténticos amigos de la Residencia y jugarán un importante papel de apoyo a María (de Maeztu), como fue el caso de Joaquín, el padre de los Novoa Ortiz.

Los corresponsales mantienen un diálogo fluido con la directora y se muestran preocupados por la buena educación y las salidas de sus hijas en la capital. María ocupa entonces un papel difícil, entre tranquilizadora y veladora de los objetivos de la Residencia. Recordemos que fue una escuela para aprender a ser mujeres triunfadoras.

El dinero importa. La correspondencia seleccionada para este capítulo, muestra el esfuerzo de las familias en diferentes provincias para que las hijas estudien en Madrid y cómo el espíritu de la Residencia, el fomento de la ley de esfuerzo y del trabajo en las protagonistas, es acompañado con una de María de Maeztu siempre atenta y apoyando ese proceso con la concesión de becas y medias becas para que logren sus metas. Incorporándolas en los nuevos trabajos de la Residencia, o en el Instituto-Escuela. Precisamente en la dotación de esas becas se entrevé la importancia de la figura del Secretario de la JAE, José de Castillejo y la fructífera relación que lo une con la directora de la Residencia. Castillejo siempre estuvo atento al seguimiento de todos los Centros de la JAE.

El dolor. Un capítulo para la enfermedad, el dolor y la muerte, mucho más frecuente de lo que podríamos imaginar “... un cuadro que lejos de ser anecdótico bien podía representar la experiencia de cualquier familia española”, pág. 148.

Aparecen los estragos de la gripe de 1918, La Universidad Central se cierra hasta 1919. Las chicas se marchan a sus casas, muchas al campo. Aparece varias oleadas 1920 y se agravó con la hambruna de la guerra, siguió las fiebres tifoideas. La esperanza de vida se redujo. El caso de Carmen Húrder Carlosena traído por Lemus, ilustra ese momento. Su gran espíritu de superación la llevará a América, al Vassar College (NY). Por esa experiencia acabará colaborando con la República y tendrá que salir al exilio como tantas otras.

Los capítulos se suceden recorriendo vidas y dibujando una sociedad, que poco a poco se va abriendo, hasta llegar a Las modernas de provincias en la conclusión, donde Lemus muestra como esas generaciones de mujeres encontraron en la Residencia el lugar para desarrollar sus inquietudes y ganar su independencia. Nos muestra una sociedad sorprendida ante el éxito alcanzado por muchas de ellas. Ese lugar concentró a dos generaciones de mujeres, nombres conocidos y nuevos que dibujan el panorama de las primeras profesionales. Entre los muchos nombres que se desgranan a lo largo de las páginas de esta obra, están el nutrido grupo de farmacéuticas y bibliotecarias, pero también otras muchas profesiones. Un somero repaso podría ser este.

Entre las primeras farmacéuticas, Emilia López, Concepción Álvarez Mancha, Lola Saudiel y Josefina Casaseca o la primera farmacéutica investigadora como Rosa Herrera, quien dirigió los laboratorios de la Residencia o Josefa Barba José; medicas, como las hermanas Coloma, Pilar y Vicenta Echevarría Labandera, dos de las seis hermanas, todas estudiaron. Pilar obstetricia y ginecología y Vicenta odontología, también Matutina Rodríguez Álvarez 1ª doctora en 1928 colegiada en el Colegio de Médicos de Huelva y Mª Gª Escalera, quien en 1932 abrió la 1ª clínica ginecológica dirigida por una mujer en Andalucía; científicas, como Dorotea Barnes, Felisa Martin, Cecilia García de la Cosa , o Jimena Quirós, una feminista comprometida , licenciada en ciencias y premio extraordinario en la Sección de Ciencias con 25 años; abogadas seguidas por La Estampa por ser un rara avis : “el feminismo en marcha:los abogadosde España están contentas con su profesión”. Seis fueron las licenciadas en derecho en esos años y tres de ellas de la Residencia, según nos indica Lemus: Victoria Kent, Matilde Huici y María Lacunza Ezcurra, y muchas otras tomaron derecho, como segunda opción, las archiveras Carmen Guerra Sanmartín en Sevilla o Luisa Cuesta en Madrid; pediatría, como Matutina Rodríguez y Teresa Junquera, médicas ambas, abren una consulta en Oviedo, motivo de alegría que comparten con sus compañeras de la Residencia pág., 137 ; músicas como Sofía Novoa; maestras como Elisa López Velasco, Josefa Fernández y Gómez-Rico y Mª Cruz Gil Febrel consagraron su vida a la educación popular, las tres con un proyecto distintos coincidieron en la Residencia y compartieron experiencia en el Instituto-Escuela.; pedagogas como Carmen Iserm Galceran, que fue también Inspectora Provincial de Primera Enseñanza, profesora de psicología infantil y doctora en derecho y las Bibliotecarias, un nutrido grupo. Algunas de ellas como María Luisa González, una de las 1ª españolas en ganar la oposición para Archivos, Bibliotecas y Museos -Perteneció al grupo de Buñuel la Orden de Toledo- y Luisa Cuesta Gutiérrez que sacan la oposición en 1921 y a las que se unen en los años siguientes muchas más entre ellas, Teresa Andrés Zamora, Carmen Guerra San Martin, Matilde López Serrano, o Enriqueta Martin de la Tabla, extremeña de Llerena, pionera de pioneras, que tras su paso por EEUU dirigirá la biblioteca del Instituto Internacional, [pág. 404] y tantas otras que marcaron el camino.


ATN/GMO/f0858: Investigadoras en el CEH (Archivo Manuel Gómez-Moreno y Ricardo Orueta)

Ellas, las modernas, no solo pasearon por la puerta del Sol y la Gran vía, sino por La Calle Mayor de las capitales de provincia y de muchos pueblos, llevando y transformado con su presencia la vida que les rodeaba.

Por desgracia la Guerra vino a truncar el horizonte dibujado por aquellas trayectorias de trabajo y esfuerzo, valientes y rompedoras. La República y la Guerra marcaron una politización de la sociedad. Las vivencias de las residentes se situaron en todos los puntos del espectro político, quizás precisamente por ese espíritu de compromiso adquirido que las singularizó.

Por si quieren ampliar información, les dejo unas referencias de las que me he servido para este texto. La obra, la tienen disponible en nuestra biblioteca. Espero que disfruten su lectura tanto como yo.

Reseña realizada por: Carmen Mª Pérez-Montes Salmerón (Biblioteca Tomás Navarro Tomás)

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