Etapa española

Revista de Filología Española

 

A la vuelta de sus estudios de fonética por Europa, Tomás Navarro entró como profesor en el Centro de Estudios Históricos, en la sección de Orígenes de la lengua española (Filología), bajo la dirección de Ramón Menéndez Pidal. Esta sección del CEH comenzó su labor en 1910. Fue la sección con mayor número de colaboradores y la que mayor importancia alcanzó.

Alrededor de Ramón Menéndez Pidal se reunió un conjunto de alumnos y discípulos que formaron una auténtica escuela filológica. La fundación en 1914 de la Revista de Filología Española es considerada como una de las iniciativas más importantes de la sección. Además de Menéndez Pidal, su director, colaboraron de forma especial en la revista Américo Castro, Federico de Onís, Antonio García Solalinde, Alfonso Reyes, Tomás Navarro Tomás, Justo Gómez Ocerín, Amado Alonso, Rafael Lapesa y Dámaso Alonso.

En 1914 se funda la Revista de Filología Española, como órgano de la sección de Filología. Aunque había habido intentos previos de revistas especializadas, la RFE vino a ser la expresión de la Escuela de Madrid y del hispanismo vinculado de una u otra forma con lo que Menéndez Pidal significaba.
Un discípulo de Menéndez Pidal, Tomás Navarro Tomás, orientado definitivamente hacia los estudios fonéticos, dio un enorme impulso a la fonética descriptiva del español en una serie de trabajos que quedaron como sólidos fundamentos para las investigaciones posteriores.

Atlas Lingüístico de la Península Ibérica

 

A raíz de la aparición del Atlas Linguistique de la France (ALF) de J. Gilliéron (1902), Menéndez Pidal pensó en un atlas peninsular que estudiase todas las variedades románicas, el Atlas Lingüístico de la Península Ibérica (ALPI), que puso bajo la dirección de Tomás Navarro Tomás.

ALPI


Navarro Tomás y Amado Alonso formaron un equipo de investigadores que empezó los trabajos en 1931. Como en otros atlas europeos, los encuestadores se repartieron dominios lingüísticos: Aurelio M. Espinosa hijo, Lorenzo Rodríguez Castellano, Aníbal Otero y Manuel Sanchis Guarner, la zona castellanohablante; Aníbal Otero y Armando Nobre de Gusmão, la zona gallegoportuguesa, y Francisco de B. Moll y Manuel Sanchis Guarner, la de hablas catalanas. Encuestaron con cuestionario sobre los distintos aspectos de la vida rural, recogiendo materiales comparables en una amplia red encuesta (527 puntos) de boca de informantes con poca instrucción y cierta edad, lo que les permitió reunir datos representativos de las hablas vivas.

Desgraciadamente la guerra civil española interrumpió los trabajos cuando ya estaban casi acabadas las encuestas. Al exiliarse, Tomás Navarro Tomás se llevó los materiales para protegerlos. Pasado el tiempo, negoció desde Nueva York el regreso de los materiales y colaboró para que se publicasen en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

En 1962 apareció en el CSIC el único tomo editado hasta hoy, pero después la publicación se paralizó y los cuestionarios acabaron en manos de los herederos de A. Otero, L. Rodríguez Castellano y M. Sanchis Guarner.

Cubierta del ALPI

Desde el punto de vista científico, el ALPI conserva todo su valor, como documento histórico y porque sigue siendo el único atlas que permite una visión de conjunto de toda la península.

Actualmente se desarrolla en el CCHS un proyecto ALPI -proyecto intramural del CSIC para la elaboración y edición de sus materiales- coordinado por Pilar García Mouton, profesora de investigación del Instituto de Lengua, Literatura y Antropología, con un equipo integrado por Inés Fernández Ordóñez (Universidad Autónoma de Madrid), David Heap (Universidad de Western Ontario), Maria Pilar Perea (Universidad de Barcelona), João Saramago (Universidad de Lisboa) y Xulio Sousa (Instituto da Lingua Galega de la Universidad de Santiago de Compostela).


El proyecto prevé la publicación del ALPI como un atlas interactivo de libre acceso que se podrá consultar desde un geoportal del CSIC.

El laboratorio de fonética

 

El laboratorio de fonética se inició en una oscura habitación interior, con un simple quimógrafo adquirido en París por don Pedro Blanco, miembro del Museo Pedagógico de Madrid, interesado en la nueva fonética experimental bajo los auspicios del laboratorio del abate Rousselot en el Collège de France.

En el verano de 1911, don Ramón organizó un viaje de exploración dialectal por las provincias de Asturias, León, Zamora y Salamanca, en el que, junto a su intervención personal, nos repartimos el terreno Américo Castro, Onís, Martínez Burgos y yo. Tenía el viaje por principal objeto ampliar el trabajo que don Ramón había anticipado en El dialecto leonés, de 1906, aparte de la recolección de romances populares que su interés recomendaba en todas ocasiones. La excursión dialectal encerraba además en embrión la idea del Atlas lingüístico que don Ramón abrigaba desde el ejemplo del gran atlas francés de Gilliéron, cuyos fascículos aparecían sucesivamente por aquellos años.

Navarro Tomás, T., "Don Ramón Menéndez Pidal en el Centro de Estudios Históricos", Anuario de Letras, VII, 1968-1969, pp. 12-13.

El Archivo de la palabra

 

Los objetivos del proyecto de recopilación y producción discográfica (Archivo de la palabra) recogían el interés por cuatro aspectos principales: la lengua española, literaria o correcta, en su uso corriente y en sus manifestaciones artísticas; idiomas y dialectos hablados en la Península y en los demás países hispánicos; testimonios autofónicos de personalidades ilustres, y canciones, melodías y ritmos populares y tradicionales.

El Centro de Estudios Históricos acordó con la Columbia Graphophone Company la instalación de sus equipos en el Centro para realizar las labores técnicas relativas a la inscripción y fabricación de discos y matrices de las grabaciones proyectadas.

Fuente: El Archivo de la palabra y las canciones populares