CARATERÍSTICAS DE LA LITERATURA DE CORDEL
Delimitar las características de la literatura de cordel, concepto acuñado por Julio Caro Baroja en 1969, supone todo un reto debido a la “indefinición de contornos” de este “gran saco sin fondo aparente” (Botrel), conformado por una vorágine de heterogéneas obras publicadas en España entre los siglos XV y XX. Tras los términos literatura de cordel, romancero popular, literatura popular, pliego de cordel, pliego suelto, menudencias de imprenta o literaturas marginadas se esconden, a su vez, un sinfín de denominaciones: romance, relación, aleluya (auca), gozo (goig), historia, copla, décima, trovo, carta de amor, seguidilla, sainete, matraca, pasillo, relación de comedia, almanaque, jácara, villancico, abanico (ventall), canción… Ante semejante variedad de materiales impresos, sería inexacto tratar de encajar los pliegos de cordel en una sola categoría literaria. De ahí que, siguiendo un criterio tipográfico, se haya caracterizado este conjunto como género, forma o producto editorial. Es decir, la característica unificadora de estos textos no se hallaría en su temática, estilo, cronología, autoría o público, sino en su constitución tipográfica como producto barato creado para el consumo de masas. Un fenómeno editorial que, además, tuvo su correspondencia en el resto de Europa, como prueban los chapbooks, la littérature de colportage o los libretti popolari.
Las peculiaridades formales (impresión en pliego suelto de poca calidad tipográfica y breve extensión) son una referencia para identificar este tipo de papeles, pero no la única.