Presentación

La Exposición Internacional de Barcelona (EIB), celebrada entre mayo de 1929 y julio de 1930, fue visitada por casi seis millones de personas. Sobre ella, se han escrito copiosas y variadas investigaciones, como aquellas donde se destaca la profunda transformación urbana que ésta produjo en la ciudad y su periferia.

Sin embargo, aún hay varios aspectos inéditos que aguardan ser abordados, como, por ejemplo, los miles de objetos seleccionados y expuestos en el majestuoso Palau Nacional, situado en lo alto de la montaña de Montjuïc (hoy sede del Museu Nacional d'Art de Catalunya), y que aquí hemos elegido como viñeta representativa, junto a una de las catorce letras capitales lombardas que aparecen en el códice de Vivar, el más antiguo que se conserva del Cantar de mio Cid, y que, precisamente, se expuso públicamente por primera vez en aquella muestra, titulada El Arte en España.

Por las circunstancias que se desvelarán en esta exposición, en 1943 el CSIC compró unas 35000 fotografías de aquellos objetos, que hoy forman parte de la colección del Archivo del CCHS, cuyo «extraordinario valor [...] estriba en que abarca todo lo importante del tesoro artístico documental de España, y en que está formada por representaciones nutridísimas de objetos y obras fotografiadas por vez primera. Objetos y obras de suma importancia, pertenecientes a museos, centros oficiales, cabildos, iglesias, monasterios y a colecciones privadas de particulares de toda España, incluso del extranjero. Y esta rareza e importancia adquiere más valor si se tiene en cuenta que algunas de esas obras fueron destruidas o desaparecieron durante» la Guerra Civil.

Esta pequeña muestra está dividida en tres apartados. El primero, y más extenso, está dedicado a la propia EIB, mostrando algunos curiosos objetos de “memorabilia”, fotografías de la construcción del Palau Nacional o del conjunto arquitectónico conocido como el Poble Espanyol, enfatizando además la participación de la Junta para la Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (JAE) a través de Manuel Gómez-Moreno. En el segundo, se explica cómo se ofreció y adquirió esta importante colección fotográfica. Y en el tercero, se exponen algunos ejemplos de piezas que formaron parte de la muestra, con especial atención al Poema del Cid.