Instituto de Historia » Departamento de Historia de la Ciencia » Estudios Sociales y Culturales sobre las Ciencias Naturales y la Salud
“Bien sabemos que hay un sector de la sociedad que espera anhelante que este Tribunal militar le entregue esas ocho victimas para unirlas a las que cayeron en las calles de Arnedo, Salvaleón, Hornachos, y formar con todas una ofrenda expiatoria que calme el furor insaciable de su Némesis vengadora. Mas para este sector de la sociedad. No se ha inventado la justicia. Sus dioses son la arbitrariedad y el privilegio. La inmensa mayoría de la sociedad española quisiera otra cosa: quisiera que la paz social dejara de ser una sueño irrealizable; que jamás un obrero tuviera que mirar con recelo a aquellas personas a quien el Estado ha confiado su defensa; que los conflictos de orden publico, propios de todos los países, no tuvieran constantemente, como ahora ocurre, derivaciones sangrientas. Esto es lo que quiere la mayor y la mejor parte de la sociedad española”
Fue jurista y catedrático de derecho penal.
En la década de 1920 se interesó por la peligrosidad social escribiendo numerosas obras sobre la cuestión.
Durante la Dictadura de Primo de Rivera, en 1926, fue confinado en las Islas Chafarinas.
En la Segunda República tuvo un papel decisivo en la redacción de la constitución de 1931, la reforma del código penal de 1932 y la Ley de Vagos y maleantes de 1933 .
Tras la Guerra Civil se exilió y se afincó en Argentina y acabó siendo entre 1962 y 1970 Presidente de la Republica Española en el exilio.