La revista Vogue fue creada en el 17 de diciembre de 1892 por Arthur Baldwin Turnure y se convertirá en una de las revistas de moda más difundidas y con más ediciones a nivel internacional a día de hoy.  

Con periodicidad semanal, la revista recogía información sobre las costumbres e intereses de la alta sociedad neoyorquina. El tener entre sus suscriptores a las grandes familias pertenecientes a la élite como los Vanderbilt o los Astor le abría las puertas de sus casas, fiestas y demás acontecimientos sociales convirtiendo a la revista en difusora de todo un estilo de vida. “Era una revista aristocrática para la aristocracia”.

A partir de 1909, de la mano de su nuevo propietario, el publicista Condé Nast, la revista experimenta un giro importante, transformándose en bimensual, centrándose en el mundo de la moda, dirigido a las mujeres, y llenando sus páginas de publicidad. Desde este momento sus ilustraciones y fotografías acompañarán a la historia de la moda.

La revista se convertía así, en una especie de asesor en moda y complementos para la mujer que quería estar al día. Entre sus páginas se podían encontrar las novedades procedentes de Londres, considerado ejemplo de elegancia y buen gusto, y, París, el centro mundial de la moda.  

Sus portadas son un claro ejemplo de la evolución de los gustos y la moda imperante en cada momento. En una primera etapa se cuenta con importantes ilustradores norteamericanos que imponen un estilo elegante y refinado propio de la élite a la que va dirigida la revista. A partir de 1916, adquieren una gran influencia artistas procedentes de la Escuela de Arte de París, entre quienes destacamos al vallisoletano Eduardo García Benito, quien realizó 144 portadas con un característico estilo cubista que mezclaba figuras humanas muy estilizadas con líneas geométricas en el fondo.

Cuando este tipo de ilustración artística comienza a perder interés entre el público se retorna a un tipo de portada más documentalista y, claramente influido por la fotografía.