La colección de postales familiares de María Isabel Navarrete Navarrete fue entregada al archivo y la biblioteca Tomás Navarro Tomás por la investigadora del Instituto de Historia Maribel Martínez Navarrete, sobrina nieta de la propietaria del álbum para incorporarla a la colección de postales del Archivo Fotográfico.
Esta colección que comienza en 1910 está formada por 243 tarjetas postales, algunas de ellas escritas y circuladas, que María Isabel Navarrete Navarrete reunió desde su infancia. Se las enviaban sus hermanos, su padre, sus primas, amigas y parientes conocedores de su afición por coleccionar postales.
Se trata de un conjunto que refleja la historia familiar y la historia de la tarjeta postal en una época marcada por acontecimientos de gran relevancia como la Primera Guerra Mundial. Componen la colección diversas series producidas por editoriales e imprentas de diferentes países: Reino Unido, Italia, Francia, Estados Unidos, Portugal, Alemania, Austria, España. Los temas son dibujos infantiles en su gran mayoría pero con contenidos variados. La más numerosa de las series representa dibujos con niños que ensalzan el patriotismo y animan a alistarse en el ejército para luchar en la Gran Guerra.
Se trataba de conseguir un reclutamiento masivo. Hay ejemplos en los que se presiona directamente a los jóvenes para que se alisten a través de las figuras femeninas que expresan su admiración a los soldados o su rechazo a los que no lo hacen.
Otras series de postales ponderan el amor, el matrimonio, la familia, los juegos infantiles, los animales, celebraciones como la Pascua, con una intención marcadamente pedagógica. También de paisajes y ciudades, aunque en menor medida.
Hay un buen número de postales escritas que cruzaron entre si los miembros de la familia y sus allegados, y que acabaron regaladas a María Isabel para acrecentar su colección. Algunas proceden de la rama cubana de la familia. Parte de ella, vinculada con la Real Armada y la Infantería de Marina, tuvo que abandonar Cuba con la independencia, mientras otra quedó en la isla. Las dificultades que eso supuso para el mantenimiento de unos contactos que la distancia ya hacían complejos, explican el interés de la abuela materna en llevar al día las felicitaciones y la importancia del viaje a Cuba de “Nena” en 1926 y 1927. En ese sentido los textos escritos en las tarjetas identifican las fechas onomásticas y de cumpleaños, con los que las postales cumplían una doble misión, conectarse y ayudar al crecimiento de la colección. Algunas temáticas concuerdan bien con estos momentos pero otras, resultan muy desconcertantes si pensamos que su destino real era el público infantil. Resulta curiosa la enviada por Luisa, probablemente la criada de la casa familiar (ATN/POS/012/66/196).
La propia vida familiar determina el periodo de formación de la colección. El grupo de postales escritas del álbum se incrementa en los primeros años tanto por vía materna (la línea cubana de los Finlay y de Barrès) como paterna (hermanos Navarrete Alcázar) con ocasionales extensiones a los amigos de la familia y de las primas.
Las postales escritas nombran de manera más o menos completa al destinatario y al remitente. A veces falta la fecha de envío. En ese caso puede ser orientativo el matasello y sello de correos, la serie a la que pertenece la postal, la letra del manuscrito y el domicilio indicado. El texto suele ser poco orientativo por las limitaciones de espacio y contenido que impone el formato normalmente a la vista de todos. En este caso, las frases estereotipadas, propias de las conmemoraciones familiares, se acentúan por la juventud de la destinataria.
Los padrones ayudan a conocer la fecha de envío de la postal. Si los datos del domicilio coinciden con la campaña de empadronamiento el dato es fijo pero el periodo entre campañas también es orientativo. En cualquier caso los padrones facilitan una aproximación objetiva y contrastable. Los domicilios madrileños de la familia de Joaquín Navarrete Alcázar y María Elisa Navarrete Finlay variaron bastante incluso centrándonos solo en los citados en las postales. Todos ellos tienen lugar en viviendas de alquiler del barrio de Chamberí: Entre 1906 – 1908 y 1910, calle Luchana 41. A partir de 1908 Joaquín convive con Leonor Sanz Golbano en la calle Apodaca 20 hasta su fallecimiento en 1929, mientras María Elisa con Adolfo, Octavio, Gabriel y María Isabel se traslada varias veces. En el padrón de 1912 la familia aparece en la calle Manuel Cortina 14 y, entre 1915 y 1928, en la calle Trafalgar 14, donde María Elisa muere en 1928.
La identificación de los remitentes y destinatarios permite cruzar los datos con facilidad en el caso de los miembros de la familia pero no tanto en las del círculo de amistades. Aunque sea imposible reconstruir las relaciones a través de los pocos datos que pueden aportar las postales, al final es una información de gran valor para acercarnos a la historia de la protagonista, María Isabel Navarrete Navarrete, y la formación de esta colección.