Una de las actividades que más acercaron al público la obra y época de Cervantes fueron sin lugar a dudas las exposiciones. Las hubo para todos los gustos.
En 1905 en el Palacio de Bibliotecas y Museos y presidida por la familia real y el gobierno se organizó una exposición estructurada en tres partes. En la primera sala se expusieron dibujos y grabados alusivos a las escenas de El Quijote. En la segunda sala, adornada con los tapices del maestro Francisco Van-der-Goten y cedidos para la ocasión por la Real Casa, se mostraban ubicados en vitrinas ejemplares de libros de caballerías, en clara alusión a los libros del ingenioso hidalgo.
La sala número tres presentaba distintas ediciones del libro de distintas épocas y en multitud de idiomas. Entre ellas destacaban las ediciones príncipe de Madrid, junto con las de Lisboa y Valencia del mismo año, así como las famosas de Ibarra y Sancha del siglo XVIII.