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Conservación y restauración de los originales del Catálogo Monumental de España

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La complejidad de materiales y técnicas que componen el Catálogo Monumental de España ha requerido una metodología de intervención adaptada a cada circunstancia concreta, siempre de acuerdo al principio de reversibilidad y con el máximo respeto a la integridad de la obra. Para mantener en lo posible todos los elementos originales, como testimonio de lo que este proyecto fue y del momento en que se produjo, preservando las tipologías empleadas por cada autor, se ha requerido de un tratamiento de restauración muy cuidadoso, recurriéndose a la sustitución de algunos de estos elementos originarios solamente cuando resultó imprescindible por motivos de conservación, utilizando otros de una calidad y unas características más adecuadas para la preservación de bienes culturales.

En el conjunto de las provincias, la principal causa de deterioro ha venido dada por las propias peculiaridades de la obra, ya que el gran formato de muchos de los volúmenes, y su consecuente peso, dificultan su manipulación y su consulta y ha dado lugar a toda una serie de deterioros. A esto se une su irregularidad, por contener fotografías y otros tipos de imágenes, y la mala calidad del papel utilizado, un papel industrial con un alto grado de acidez, que le ha provocado la pérdida de resistencia mecánica, volviéndolo especialmente delicado. Tampoco podemos olvidar los factores externos de deterioro a los que los catálogos han estado expuestos, sufriendo a lo largo de su trayectoria material sucesivos traslados y almacenajes en depósitos diversos, así como las vicisitudes históricas de los tiempos vividos.

Restauracion

Por ello, sus encuadernaciones presentaban abundante suciedad superficial generalizada y algunas manchas puntuales; daños mecánicos como rozaduras, arañazos, desgarros, exfoliaciones, golpes y pérdidas en los materiales de recubrimiento (piel, tela o papel); deformación y alabeo de las tapas de cartón por efecto de la humedad; bisagras y escartivanas desencoladas; desprendimiento de algunos cuadernillos y láminas; nervios quebrados; daños en la zona de la cabeza y el pie del libro, con desgarros y roturas de cofias y cabezadas, debido a una incorrecta manipulación, etc. En el cuerpo del libro se observaban también una serie de alteraciones, como suciedad superficial y manchas de humedad, de tinta, de grasa, de restos de adhesivos; arrugas, perforaciones, cortes, desgarros y faltas de soporte, especialmente en la documentación suelta (hojas desencoladas o descosidas, o bien folios sueltos guardados en carpetas); deformación de las cartulinas a causa de la humedad y de las tensiones ejercidas por las fotografías pegadas; fotografías desencoladas y desprendidas, combadas, con pliegues y faltas de emulsión.

Los tratamientos de restauración has estado dirigidos a la recuperación de la funcionalidad de los libros, permitiendo su preservación para el futuro. En las encuadernaciones, el proceso se ha centrado en la limpieza, consolidación y reintegración de los materiales de recubrimiento de las tapas; en la restauración de todos los elementos que conforman su estructura interna y externa y, especialmente, en el refuerzo de la unión entre el cuerpo del libro y las tapas, proporcionando la resistencia suficiente para una plena sujeción y favoreciendo su apertura. En el interior, se ha llevado a cabo una limpieza mecánica y la eliminación de elementos externos que estuviesen perjudicando a las obras; el alisado de arrugas y consolidación de grietas y desgarros del soporte de papel; la unión de hojas y láminas sueltas y de las fotografías despegadas; el alisado de las cartulinas y del cuerpo del libro; y la reintegración manual de las zonas perdidas del soporte.

Restauracion

En aquella documentación que se hallaba sin encuadernar, cuando sus contenedores se hallaban en mal estado y/o se consideraron insuficientes para una adecuada conservación de la documentación, se optó por la realización de una nueva construcción, similar a la original en cada caso, pero teniendo en cuenta factores de conservación preventiva, mediante el empleo de materiales neutros y con calidad de archivo, manteniéndose, siempre que fue posible, el recubrimiento original, limpio y reintegrado, adherido sobre los nuevos elementos.

Finalmente, como medida de conservación preventiva, se han elaborado cajas-estuches, de cartón neutro recubierto al exterior de tela de lino neutra, para toda la colección, con el fin de preservar los libros y las encuadernaciones frente a deterioros físicos y ambientales.