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Palencia

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El Rey nombra el 22 de enero de 1907 a Bernardino Martín Mínguez para que haga el Catálogo de esta provincia con un sueldo de 800 pts. durante doce meses. Este autor encontró dificultades en su trabajo, sobre todo en el Monasterio de San Zoilo para estudiar los sepulcros de los Condes de Carrión, así que solicita ayuda al Ministro de Instrucción el 28 de noviembre de 1907 y éste la intervención del de Gracia y Justicia el 8 de enero de 1908. Este autor también solicitó una prórroga de un año el 7 de enero de 1908, pero la Comisión se quejaba de que no había presentado nada por lo que propone, el 16 de marzo, ocho meses sin remuneración. El Subsecretario se pone en contacto con la Comisión el 2 de junio diciendo que el autor insiste en que necesita un año, pero al final sólo le conceden ocho meses, sin cobrar. Pero todavía se haría esperar. Martín entrega a la Comisión tres cuadernos el 20 de enero de 1909 de los diez que, piensa, va a ocupar la totalidad de la obra. Añade en la carta de entrega que prácticamente tiene terminado el de la capital y que lo podrá entregar antes de que acabe el mes además de otros dos tomos con la serie diplomática e histórica documental manuscritas. Pero cambió de opinión y el 22 de marzo escribió de nuevo a la Comisión diciendo que con el 4º volumen da por terminado el trabajo, pues piensa que los demás tomos no son un catálogo propiamente dicho sino listas de interés exclusivamente para historiadores. Lo mismo ocurre con la parte geográfica e histórica con las notas de las vías romanas y que podrán contar con ellas cuando las pase a limpio.

Este Catálogo no satisfizo totalmente a la Comisión, pues su presidente Fidel Fita lo remite al Ministerio el 31 de marzo de 1909, diciendo que consta sólo de cuatro cuadernos cuando deberían ser diez según el propio autor. Se extrañan de que cuando sólo han transcurrido dos meses decidiera darlo por terminado. Además piensan que el catalogador debería “someterlo a un examen más detenido” de cara a su posible publicación. Martín realizó algunas modificaciones y ampliaciones, aunque creemos que no fueron muchas dada la escasa extensión del trabajo que sigue constando de cuatro cuadernos y la Comisión lo aprueba definitivamente el 1 de junio . Algunos organismos oficiales estaban impacientes porque no se publicaban los Catálogos de su provincia e iniciaron por su cuenta una nueva catalogación. Es el caso de Palencia, cuya Diputación Provincial no estaba nada contenta con lo hecho por Martín del que dicen que “realizó una labor incoherente, confusa y de gabinete, como obra de decadente senectud, que está bien archivada donde está”, por lo que encargó otro, después de muchos trámites, a un equipo dirigido por Rafael Navarro García, secretario de la Comisión Provincial de Monumentos, que se publicó en tres tomos entre 1930-1939 .