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Córdoba

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El Catálogo de esta provincia se inicia antes de que se emitiera la R. O. de febrero de 1902, cuando sigue vigente el nombramiento de Gómez-Moreno como catalogador de toda España por lo que en la propuesta emitida por la Academia el 10 de julio de 1901 no figura su nombre. En ella se dice que debería emprenderse sin pérdida de tiempo la catalogación de otra provincia y ellos aconsejan que sea Salamanca por su riqueza artística, la asignación de 800 pts. y un plazo de doce meses, lo mismo que en Ávila, así como el nombramiento de un "colaborador competente" para abreviar el tiempo de catalogación. El nombramiento, en el que ya figura el nombre de D. Manuel, se produce por R.O. del 1 de agosto de 1901, con una serie de condiciones que permanecerán inalterables hasta el último que se haga antes de 1936 y aceptando el plazo y la asignación presupuestaria aconsejada por la Academia. Ni una palabra sobre el nombramiento de un colaborador. Pero en este caso el autor tardará más de lo previsto, probablemente por problemas económicos, ya que la última orden de pago se emite el 13 de marzo de 1903. Finalmente la Comisión firma el informe el 15 de julio de 1903, un año después de lo convenido en el Real nombramiento. Lo firma Eduardo Saavedra y es muy breve: "…El esmero y el acierto con que el autor ha desempeñado el encargo le hacen acreedor al más sincero aplauso de esta Comisión y a que se procure que la nueva obra vea la luz pública lo antes posible" . El original no se encuentra actualmente junto al resto de la colección. Éste punto quedará aclarado por los documentos de la segunda etapa.

A partir de este momento se aplica el R.D. de 1902 aunque con numerosas interferencias en alguno de los encargos. El procedimiento era el siguiente. El nombramiento, tras el acuerdo y un informe de la Comisión, es aceptado por el Ministro y el nombramiento era firmado por el Rey siempre con las mismas condiciones: Debe constar 1) La provincia escogida; 2) El nombre del catalogador; 3) La cantidad mensual asignada para pagar los gastos que le ocasionen, que por lo general es de 800 pts, aunque hay casos en que sólo asciende a 500; 4) El pago le será abonado en dos plazos, el último, una vez que haya entregado el trabajo; 5) Las autoridades locales prestarán toda la ayuda que precise el catalogador, y se fija el plazo en que llevará a cabo su trabajo que oscila entre los ocho meses y el año, aunque lo más frecuente es que todos pidan prórroga o prórrogas.

Guadalajara: El 1 de febrero de 1902 se selecciona Guadalajara y como autor a Juan Catalina García, que figura como Académico de la Historia, Inspector del Cuerpo de Archivos, Bibliotecas y Museos y Director del Museo Arqueológico. Parece que su elección fue una decisión personal de su amigo el Conde de Romanones, entonces Ministro de Instrucción Pública . Le asignan un plazo de 8 meses y una paga de 500 pts. Esto va a ser causa de una alegación por parte de Catalina García junto a Ramírez de Arellano, al que había sido adjudicado el de Córdoba en las mismas condiciones, pues Gómez-Moreno había cobrado 800 pts. en un plazo de 12 meses por los de Ávila y Salamanca. La Comisión se hace eco de la solicitud el 3 de febrero de 1903, justo el día en que los trabajos debían ser entregados. Dado que ambas "provincias son muy extensas, con muchos pueblos y pocas vías de comunicación, y considerando también que el Sr. Catalina no puede ocuparse cuatro meses pues el Ministro le encargó la organización de la Exposición de Retratos", propone que se le amplíe el plazo en otros cuatro meses y le suban el sueldo a 800 pts. El 13 de febrero Rey accede a ampliar el plazo, pero no a subir la retribución debido a problemas de presupuesto.

Catalina siguió incumpliendo los plazos y nada menos que dos años después, el 23 de febrero de 1905, el Subsecretario del Ministerio le escribe conminándole a que lo entregue en 15 días, pero no surtió efecto. El 9 de marzo de 1906 presenta en el Ministerio el primer volumen y el 18 de mayo el segundo, reiterando el propósito "de proseguir las tareas con cuanta diligencia me consientan los demás servicios públicos y obligaciones oficiales que sobre mí pesan". Pero no volvió a entregar ningún tomo más. Al menos no constan entre la documentación ni entre los conservados. Lo que sí hay son innumerables notas que, probablemente, hubieran constituido el resto de los volúmenes. El 26 de junio de 1906 pasa por la Comisión, la cual lo acepta pero se abstiene de opinar dado que el autor es miembro de la misma. No tiene fotos, pero el Presidente hace constar que Catalina fue "relevado de esta obligación por el Ministerio" . El 19 de febrero de 1916 la Dirección General de Bellas Artes propone a la Comisión que se continúe el Catálogo de Guadalajara, pero al haber fallecido Catalina, aconseja se encargue al cronista de la provincia Antonio Pareja Serrada. Es la única noticia que tenemos de esta propuesta . La última noticia de este Catálogo es totalmente inexplicable hasta el momento y es del 27 de octubre de 1954. Se trata de una carta dirigida por Joaquín Mª de Navascués, Director en ese momento del Museo Arqueológico Nacional, al Director del Instituto Diego Velázquez, (CSIC), en la que le dice que le envía los tomos I y II del Catálogo Monumental de Guadalajara "que han aparecido al hacer las obras de la Biblioteca y entre fondos antiguos de la misma". No sabemos en qué circunstancias llegaron al Museo, ya que el autor entregó los dos tomos al Ministerio. Es posible que se los devolvieran para terminar la obra y, como era director del Museo, se quedaran allí a su muerte. Angulo contesta el 28 acusando recibo y diciendo que los une al resto de la colección.