El 11 de abril de 1907, tras la negativa de José Ramón Mélida y Alinari de hacer el catálogo de Tarragona, este arqueólogo solicita que le sea encargado el de la provincia de Badajoz con las mismas condiciones, la Comisión lo acepta el 16 de mayo y el Rey lo aprueba el 20. Pero Mélida era un hombre con numerosas responsabilidades ya que era Director del Museo de Reproducciones Artísticas y el Ministerio le había encargado diversas e importantes excavaciones. Así pues, por ello, por la minuciosidad con la que trabajaba Mélida y por tratarse Badajoz de una provincia muy extensa, no le da tiempo a llevar a cabo su trabajo en los preceptivos doce meses. El 15 de febrero de 1910 escribe al Subsecretario del Ministerio solicitando una prórroga ya que en 1909 ha viajado por la provincia, ha conseguido reunir todos los materiales y sólo le falta redactarlo. La Comisión informa favorablemente dejando a las autoridades que fijen su duración. El 22 de diciembre de 1911 lo entrega terminado a la Comisión la cual emite su informe el 13 de marzo de 1912. Por supuesto es totalmente elogiosa y muy extensa. Dice que consta de cinco gruesos volúmenes, dos de texto y tres de láminas “decorosamente encuadernados”. “…en cuanto a la doctrina contenida, el Sr. Mélida era desde luego una garantía de acierto…lo que no ha sido defraudado, al contrario acrecentado por su labor verdaderamente concienzuda y esmerada…aborda verdaderos problemas arqueológicos e históricos…El segundo, dedicado a los restos medievales…árabes y modernos, no cede al primero en importancia de información y análisis…anota su importante riqueza artística, hasta ahora desconocida en algunas localidades…”. Está firmado por el secretario Antonio Garrido y el presidente Conde de Cedillo. El Rey firma la aprobación el 25 de marzo de 1912 . En una de las cartas que escribió Gómez Moreno a su mujer en febrero 1910 le comenta: “Después he estado de palique con Mélida; estamos más amigos que burros; me habló de sus excursiones haciendo el Catálogo de Badajoz, de lo que ha escapado hartísimo…” . Sin embargo, Mélida se embarcará de nuevo, años después, en la aventura de hacer el de Cáceres.