> SELECT * FROM textos WHERE capitulo like '%Capítulo 5%' and (subcapitulo like 'Cascabel y cascabelera') and (lugar like 'Cepeda') and (fecha like '''' or fecha_dos like 'S.XVII' or fecha_tres like 'S.XVIII' or fecha_cuatro like 'S.XIX')

JOYAS UTENSILIO

Cascabel y Cascabeleras en la documentación serrana y candelaria


Cepeda

     Siglo XVII. 1662-1698


     En inventario de Antonio Ahumado se describe, en el año 1662, «un cascabel de plata viejo, quebrado y una abellana vieja de plata y una perita de plata nueva y una piedra engarçada en plata»869. Concisa y certeramente reconoce el tasador estas cuatro piezas –cascabel, avellana, perilla y piedra– que tienen la plata como esencia, envoltorio y guarnición, pero sobre todo como elemento común y unificador. Tres alhajas de plata y una cuarta de piedra con guarnición de plata; de una de ellas se da su quebrado estado de conservación. Esta piedra de virtud, si por su color era de las conocidas como de leche, favorecía la buena lactancia del niño; si de sangre, se suponía con el don de librar de males puerperales a la recién parida. Si finalmente esa piedra poseía ambos colores, se creía contenedora de esas dos propiedades y era denominada de lechisangre. No se especifica en el documento si estas piezas figuraban como extremos en hilo, vuelta, gargantilla, argolla, dijero o brazalera; probablemente estaban sueltas y descabaladas y, por ello, no puso precio en este lote el tasador. No acertamos a saber aquí si valoró la avellana por los años y perdonaba su vejez por ser de plata, como la perita, que era nueva, o si aquel cascabel viejo quedaba en chatarra por quebrado ¿Por qué criterio se rigió el tasador en el inventario de Antonio Aumado para omitir el precio en ese lote? ¿Las joyas debían subir o bajar de valor por nuevas, o por antiguas? ¿Se confundía entonces (como ahora) lo antiguo con lo viejo?


     

Cascabel de plata viejo,
vieja avellana de plata,
perita de plata nueva
y piedra en plata engastada.


     En inventario de Pedro Blanco del año 1665, consta «un cascabel de plata labrado, despegado; pesa una onça»870. En escasas ocasiones se proporciona el estado técnico de una pieza que formaría parte de una vuelta o de una argolla. En este caso, quizá estuvieran separadas el asa y la reasa, o había fallado la soldadura del cordoncillo central entre los dos medios cascos que conforman el cascabel.


     En dote de 1666, son descritas «treçe gabanças medianas y menudas, siete pieças de plata, seis lisas, la otra labrada como cascabel»871.


     En inventario de Bartolomé Xil, año 1686, se enumera «un cascabel grande de plata»872.


     En la dote de Catarina Sánchez que casó con Francisco Guinaldo en 1690, entraron, entre otros bienes y alhajas, «un cascabel ahumado y dos perillas pequeñas de plata [¿de oler?]»873.


     En testamento de Marcos Xil, año 1690, se deja en manda «un cascabel de plata labrado que pesó una onça y media quarta»874.


     En 1691, se describe en inventario de Marcos Hernández Montero «un Cascabel de Plata labrado y listón colorado, traído [sic por usado]»875. Hace hincapie el tasador en el uso, bastante maltratado, del listón del que cuelga la pieza.


     Lo mismo sucede en el inventario de Francisco Sánchez, año 1680, donde figura «un cascabel de plata usado, con su listón»876.


     «Un cascabel de plata aumado» entra en inventario de Juan Sánchez, año 1698877.




     Siglo XVIII. 1703-1764


     En la dote de Marcos González con Catalina Ahumada, viuda, año 1703, figura un abundante número de joyas y alhajas, entre ellas «un cascavel labrado de plata»878.


     En inventario de Juan Blanco, en 1704, es descrito «un cascavel de plata mediano con dos imágenes pequeñas de plata de Nuestra Señora de Francia», probablemente medallas de las llamadas de «resplandor o espineras»879.


     En 1704, se cita en inventario de Juan González, Herrador, «un cascabel de plata mediano»880.


     En inventario de Ana González, año 1705, se tasó «un cascavel, que pesará [el valor de] 4 reales de vellón». Por el tiempo del verbo empleado aquí conocemos que el tasador estaba calculando el peso de la pieza al tacto en el hueco de la mano881.


     En testamento de Ana Martín figura, en 1706, «un cascavel de plata, mediano»882.


     En inventario de Andrés Sánchez, en ese mismo año 1706, se enumeran «una piedra y un cascavel» como extremos de un hilo, compuesto además por «dos carros de plata, quatro abollones de plata, doze corales medianos [y] una piedra [¿de las denominadas de leche o de lechisangre?]»883.


     De nuevo en 1706, se describe «un cascabel de plata mediano» en inventario de Pablo Martín884.


     En el testamento de María [ilegible el apellido], año 1710, se cita «un cascabel de plata, grueso, aumado»885.


     En 1710, en testamento de Antonio Martín, figura un «Cascabel aumado de plata»886.


     En el inventario de Pedro Blanco, año 1710, consta «un cascabel aumado de plata» 886b.


     En las partixas de Andrés ¿Maestro?, en 1711, se tasó «un cascabel de plata aumado en 15 reales»887.


     En 1741, inventario de María Blanco, se menciona «un cascabel grande»888.


     «Un cascabel de plata» entra, entre otras alhajas, en inventario de Ana Domínguez, año 1764889.


     De nuevo en 1764, se menciona «un cascabel de plata» en inventario de Theresa Martín890.




     Siglo XIX. 1814-1845.


     En testamento de Ysabel Elices, otorgado ante el escribano de Miranda en el año 1814, se tasaron «un cascabelito de plata y un chupón de cristal en 20 reales»891.


     En inventario de Antonio y María Gascón se tasó, en 1845, «una cascabelera de plata en 40 reales»892.




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