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JOYAS UTENSILIO

La cuchara y el tenedor o «El macho y la hembra» en la documentación serrana y candelaria


Miranda del Castañar

     Siglos XVIII-XIX. 1749-1842


     En testamento del año 1749, Francisco Hernández deja dispuesto «que después de mi fallecimiento, ambos mandamos a Francisco Álbarez, nuestro nieto, hixo de Alonso Álbarez y María Hernández, la sortixa de oro que tenemos, una cuchara de plata y la chocolatera o su valor […] It. Mandamos a nuestro nieto, Bernardino Hernández, para después de nuestros días, una cuchara y tenedor de plata, o su valor»413; parece evidente el uso personal de estas piezas.


Figura 17A
Miranda, año 1749. Mandas en testamento de Francisco Hernández a hijos, nietos e imágenes mirandeñas de su devoción, diversas alhajas, entre otras: “a nuestro nieto Bernardino, una cuchara y tenedor de plata, o su valor. Y yo dcho francisco, mando a nrª srª de la Cuesta, unas cortinas de Rasso o Damasco, y unas antepuertas de lo mismo para las ventanas del Camarín, detrás de su trono” (AHPS. Prot. 6147, f.75).

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     No es de menor interés la descripción, en 1750, de «una cuchara de plata pequeña con su tenedor al mango», junto a un relicario y otras joyas en el testamento de Don Antonio Rodríguez de Ledesma, personaje que se cuenta entre las más nobles familias mirandeñas; única joya–utensilio de este tipo documentada en la villa; quizá fuera una de las denominadas «de faltriquera». Constan también «una cuchara grande de plata de cinco onzas y ocho cucharas y seis tenedores [que pesaron] 32 onzas»; estos últimos cubiertos como servicio de mesa414.


     En inventario de 1749, figura «una cuchara de plata pequeña con su tenedor al mango»415.


     En inventario de 1759, se tasan «dos cucharas y dos tenedores de plata que pesan 5 honzas, en 100 reales». No queda claro en este ejemplo si se trata de piezas de mesa, o son joyas–utensilio de las de colgar al cuello, en las brazaleras, o del cinto416.


     Finalmente, en la dote de Don Mariano Díez Nieto de la Peña se hace constar, entre otras alhajas, que en 1842 entraron en concepto de «tálamo nupcial», «un juego de café de china y doce cucharillas de plata en una caja de tafilete»417. Evidentemente, estas cucharillas de plata se han de tomar como alhajas de mesa, pero ayudan a entender el cambio de estilo de vida.




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