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JOYAS UTENSILIO

Bernegal, barquillo, barquilla, barquerillo, tembladera

Inicio > Libro completo > Joyas utensilio: Bernegal, barquillo, barquilla, barquerillo, tembladera en Villanueva del Conde

BERNEGAL, BARQUILLO, BARQUILLA, BARQUERILLO, TEMBLADERA


Estos sonoros términos –bernegal, bernagal, barquillo, barquilla, barquerillo y tembladera– dan nombre a dos variantes formales de la familia de los vasos que, unas veces se utilizaron como piezas «para impresionar» en la mesa y, en más ocasiones, como joyas «de apariencia» para el camino, con una función festiva en celebraciones colectivas, familiares y de concejo. Estas piezas para beber se llevaban colgadas de cadenillas pendiendo de brazaleras, o del ceñidor en la mujer, y también como joya de faltriquera, y el hombre, en el cinto. Que el bernegal y barquillo se usen en sus variantes más ricas y ornamentadas en días de celebraciones no excluye estas piezas del uso diario, prestando servicio en la propia casa, ubicadas en vasares o alhacenas de aparato.


Entre las Cartas privadas de emigrantes a Indias, editadas por Enrique Otte en 1992, que se conservan en el sevillano Archivo de Indias, hay unos cuantos ejemplos que cobran especial interés por la escasez de documentos conservados. En alguna de esas cartas se hace hincapié en la calidad que deben tener determinadas piezas de matalotaje (bernegales, platos y cubiertos) para causar buena impresión a lo largo del viaje a América (Esteras 2004: 147-164). Labradas, la mayoría de las veces, con materiales ricos, estaban reservadas para el traje de galas con la doble perspectiva de joya y de utensilio.


El documento de mayor interés, tanto por la pormenorizada y doble descripción del bernegal o caldereta, tan perfecta que podría dibujarse, como por la función localizada en que se verbaliza, corresponde a las cartas que en la publicación de Otte (1992) llevan los números 33 y 34, de fecha 15 de mayo de 1571, donde una Ana López escribe a su madre desde México recreándose en la hechura de este regalo y comenta: « […] una caldereta con una cadenilla y dos mascarones a las asas y una cenefa por en medio de verdura, pesa tres marcos y tantas onzas, para que si hubiere de beber en el camino de Malpica, no sea menester que las manos usen de vasija». El mismo regalo, a su padre, vecino de Santaolalla, en el reino de Toledo, vuelve a describirse con la misma fecha: «una caldereta de plata con una cadenilla larga, pesa más de tres marcos, para que v.m. lleve cuando fuere a Malpica» (op. cit. 346).


Estas piezas, con una vida documental en las comarcas salmantinas de Sierra de Francia y Candelario de 229 años (entre 1640 y 1869), se registran en 11 poblaciones: La Alberca, Arroyomuerto [hoy San Miguel de Robledo], Candelario, Cepeda, Miranda, Monforte, San Esteban, San Martín, Sequeros, Sotoserrano y Villanueva). En 83 documentos figuran estas piezas como barquillos, barquitos o barquillas; en 59, como bernegales y bernagales, como barquerillos o barqueritos en 3; como vasos en 13; como taza y tazón en 9; en 2 como tembladeras (Sequeros, 1662 y 1706); 1 como jarro y en 2 como vaso o bernegal indistintamente.


Sebastián de Covarrubias, en su Tesorode la lengua Castellana o Española (1611), define la voz bernegal como «Vaso tendido para tener agua, es nombre que particularmente se usa en Toledo. Dícese de berr, que en arábigo vale tierra, y así será vaso terrizo, aunque también los contrahacen de plata». Sub voce beber, añade Covarrubias: «El que bebe en bernegal, que es vaso abierto y tendido, si han alguna gusarapa luego la vee».


Autoridades (1726-1739) da bernegal como «Vaso tendido y no alto para beber agua o vino. Hácense de varias figuras y por lo regular son de plata. Viene del Arábigo Berr, que vale tierra y aunque los primeros que se formaron fueron terrizos, ya comúnmente por Bernegal se entiende el fabricado de plata u oro». Eran famosos los de cristal de Cadalso.


El Dialecto Vulgar Salmantino de Lamano y Beneite (1915) define la voz bernagal como: «Vaso de plata con dos asas, de poca altura, y de cabida como de un cuarto de litro. Úsase en las fiestas para dar de beber a los convidados». En segunda acepción figura como «Vaso de hojalata, que llevan los mozos en la ronda, para escanciar en él vino».


Autoridades define la tembladera como «Vaso ancho de plata, oro u vidrio, de figura redonda, con dos asas a los lados y un pequeño asiento. Las hai de muchos tamaños; por hacerse de una hoja mui delgada, que parece que tiembla, por lo que se le dio este nombre». En realidad, los tres repertorios vienen a definir la misma pieza. La voz barquillo no aparece ni en Autoridades ni en Lamano. Sí la registra, en cambio, Corominas sub voce, barquín («vaso de plata» en Berceo).


En recientes publicaciones sobre platería y bajo la voz tembladera, se describe lo que se entiende y conoce en Salamanca hoy por bernegal. En los documentos salmantinos se registra mayor número de veces la voz barquillo, aunque estaba (y está), donde pervive la pieza o su memoria, más extendido el uso de la voz bernagal en el lenguaje hablado. Posiblemente ambos términos llegan a ser sinónimos por un deslizamiento semántico o se utilizan como si lo fueran. A veces, es difícil (o imposible) distinguir si son considerados joya-utensilio o alhajas de la casa. La voz que más se emplea hoy en Salamanca para este tipo de vasos es la de bernagal.


Salvo los 12 barquillos de plata del Ayuntamiento de la Alberca para la Fiesta del Trago y los 4 del de Mogarraz, también para celebraciones de concejo, no queda constancia, que sepamos, de ninguna otra pieza-testigo en colecciones particulares serranas, ni siquiera en el sagrado reducto de las variantes antiguas del traje de Vistas que se conservan. Conocemos dos ejemplares de bernegales, propiedad de la familia Marcos-Alonso de Hinojosa de Duero. Es probable que cuando estas joyas, descontextualizadas, dejaron de tener uso como piezas de viaje en la indumentaria quedaran relegadas a los aparadores y vasares como testigos mudos.


LÁMINA XIV
Bernegales o tembladeras de plata ¿Sotoserrano o Hinojosa de Duero? Siglo XVIII. Foto José Manuel Castaño Blanco (Colección familia Marcos-Alonso).

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El bernegal es, seguramente, de todas las joyas aquí estudiadas, la mejor descrita en los documentos en todos sus pormenores: fábrica, guarnición, elementos, peso, precio, uso y estado de conservación.


De fábrica generalmente de plata (seca o bañada) y las menos veces, de peltre, metal, cobre, estaño, con sólo un ejemplo de vidrio, los barquillos y bernegales tienen gran variedad de hechuras y guarnición: lisa o llana, labrada, redonda y ancha, ochavada, aconchada, ampollada o abollada y acanalada más los siguientes elementos: base o pie, copa, cerco, boca o bebederos, con el nombre del dueño grabado alrededor en algunos ejemplos, asa o asas (si las lleva), con el llamado en medio u hondón, en el interior de la copa, a veces con diversos motivos de hojarasca o «berzas», venera, botón y cifras (casi siempre el anagrama de Jesús). «Una taça de plata con su Xesús en medio, aumado el cerco» (Cepeda, 1640). En esa misma villa y año 1649, «una taça de pie ahumada, más otra taça llana con un Jesús». En el año 1657, «otra taza de plata con un Xesús en medio, de catorze onzas» (San Martín del Castañar, año 1695). En esta misma villa y año 1704, consta «un bernegal grande acanalado con un botón en el medio, su pie y dos asas».


El Ayuntamiento de la Alberca conserva seis ánforas o «galletas» de cobre, con la siguiente leyenda en el asa: «ALBERCA AÑO de [17]61» y doce barquillos de plata (10,5 x 7 cms) que llevan, marcado en la base, la leyenda: «ALBERCA a[ño] 1761»; el toro sobre puente mirando a la izquierda, como marca de localidad y la personal de Juan Ignacio Montero, con el apellido abreviado y la cronológica fija de dos cifras: «MTRO/59»; marcador activo en la ciudad de Salamanca de 1759 a 1782 (Segui 1986: 144). Con ellos reparten los «escancianos» (o escanciadores)428 el vino por toda la plaza mayor, acompañados cada uno por un concejal, en agasajo a los asistentes a la fiesta conocida como del «Trago». Las ánforas o «galletas» de cobre, que hace cada una medio cántaro, las tenían que fregar las escancianas, a ver quién la llevaba más reluciente. Se perpetúa así esta colación anual establecida por el duque de Alba para con los albercanos, cumpliendo con una vieja tradición.


LÁMINA XV
a) Galletas de cobre. Año 1761. La Alberca. b y d) Barquillos de plata (10,5 x 7,7 cms). Año 1761. La Alberca. c) Barquillos de plata. Mogarraz (7,5 x 7 cms). Año 1752. Fotografías de José Manuel Castaño Blanco.

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De la misma fábrica y hechura, conserva (felizmente rescatados del olvido) el Ayuntamiento de Mogarraz cuatro barquillos de plata (7,5 x 7cms), sin duda reservados también para celebraciones de concejo, con la leyenda al pie que dice: «DE MOGA[RRA] Z», más buriladas, marcas de la ciudad de Salamanca (toro sobre puente mirando a nuestra derecha) y apellido abreviado y año «MT/[17]52» del marcador Montero, en este caso Ignacio Montero, padre del anterior, y activo de 1752 a 1759 (Op. cit. 144).


Estos barquillos de plata y galletas de cobre que aún perviven en la Sierra de Francia para ceremoniales de concejo, son quizá, entre los que se conserven en España, los únicos que mantienen esa utilidad ritual, definida y concreta, para la que fueron adquiridos, lo que los convierte en piezas de un excepcional valor patrimonial429.


LÁMINA XVB
Un ejemplo de bernegal con el nombre de su propietario grabado.

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Bernegal, barquillo, barquilla, barquerillo, tembladera en la documentación serrana y candelaria

VILLANUEVA DEL CONDE

     Siglos XVII-XIX. 1693-1805


     El licenciado Don Antonio Hernández Robles, Presbítero [cura]/teniente de Aldea del Conde (actual Villanueva), declara ante el escribano de Sequeros en el año 1693 la siguiente manda: «Dispongo que se dé una taça de plata, que pessa 8 onzas, para la Parrochial de Aldea del Conde»552.


     En el inventario de María Sánchez Maldonado, año 1772, consta «un vernagal de plata»553.


     Por último, en 1805, en el testamento de Diego Sánchez ante el escribano de Miranda, fue tasado «un vernagal de plata en 30 reales»554.


     Estas 3 joyas, tuvieron en esta población una vida documental de 112 años.


     Ante la confusión que producen algunos textos sobre los términos bernegal/ barquillo/ tembladera, con divergencias, si no contradicciones, en la descripción de muchas de las piezas inventariadas (tratándose de espacios distintos, tiempos sincrónicos y diacrónicos, sucesivos tasadores y tantos escribanos555), surgen dudas sobre la certeza de dejar establecida una taxonomía segura, contrastando entre texto y joya-testigo, las semejanzas y diferencias de sus elementos formales, la escasez de piezas conservadas actualmente y la proliferación (y volubilidad) de denominaciones cruzadas en estas poblaciones. Tres términos predominantes y la duda de si los documentos trasladan al lector sólo sinónimos, deslizamientos, variantes de una misma pieza, o se trata de joyas diferentes.


     Hemos registrado en estas 11 poblaciones 169 piezas a lo largo de 207 años de existencia documentada.


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