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JOYAS UTENSILIO

Reloj y espejo de faltriquera y otras variantes

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RELOJ Y ESPEJO DE FALTRIQUERA Y OTRAS VARIANTES


El contrapunto del abanico con sus equivalencias sociales, elitistas y minoritarias, lo marcaría en el hombre el reloj, joya-utensilio731 igualmente de mujer.


Señora, estos que se van,
Si en tu casa los recoges
Muchas cosas te darán,
Porque amantes y relojes
No se estiman si no dan.732


Lope en estos versos de su obra, La mejor enamorada la Magdalena (1916:435), alude al refrán que dice: «El reloj y el galán siempre dan», recogido también por Correas, quien, a su vez, comenta: «es refrán de enamorados». Fue alhaja de tantos personajes que tuvieron por oficio la ausencia de todo trabajo, midiendo el tiempo solamente por el placer de recrearse en la holganza.


Julián Gállego, en su capítulo Interpretación simbólica del objeto real (1972:263-266) y en particular sobre el reloj, comenta muy acertadamente:


Según la ambivalencia habitual, existe un sentido alegórico oculto bajo el interés del objeto material, ese lindo instrumento de precisión que Velázquez coloca con cuidado sobre el terciopelo carmesí de la mesa de su Majestad. Aquí nos percatamos de que una misma cosa (el reloj) puede expresar, sea sentidos distintos (fugacidad de la vida, rectitud y ejemplaridad de la conducta, buen gobierno), sea sentidos mezclados, sea sencillamente la clase social de quien lo posee. Todavía en nuestro siglo un reloj es un signo de riqueza en ciertos países, como un espejo.


Figura 19
Relicario ovalado de reloj y labores incisas con las cifras de Jesús y María. Asa como «corona» y trampantojo de reloj en alma de relicario. Plata seca. En dijero. Siglo XVIII (La Alberca. Colección De los Hoyos Puerto.

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Reloj y espejo de faltriquera y otras variantes en la documentación serrana y candelaria

LA ALBERCA

     Siglo XVIII. 1745-1755


     El primer relox de los conocidos como «de faltriquera», documentado en la Sierra de Francia en 1755, corresponde al clérigo albercano don Juan Antonio Manuel de los Hoyos Huebra, canónigo de la catedral de Ávila: «relox de faltriquera, y uno de semilor con segunda caja»733. En 1745 ya aparece mencionado trabajando en su oficio en esta población serrana un «Pablo Martín, reloxero»734.


Lámina XX. a)
El éxito de los cursos de verano de la Escuela de Cerámica -desde 1914 (Arenas de San Pedro) al 2008 (Hinojosa de Duero), con estancias en Candelario (1922) y especialmente en la Alberca (años 1923, 24, 35, 36 y 1942)- tuvo un evidente impacto socioeconómico, como lo demuestra la comercialización de esta “albercana/voltímetro” en traje de Vistas (Colección Particular).

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     En estos años y por más que quede atestiguada la presencia de maestros relojeros locales como el que acabamos de citar, ni en ciudades de la importancia de Sevilla parece poder confirmarse la presencia de estas piezas que no fueran de importación (Sanz 1986: 55).


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