 |  |
"Me he dado cuenta de que mi manera de ser varía de lo común [...] por eso te busqué a tí, porque no eras como los demás y porque en tu cabeza había enigmas que me convidaban; y eres hoy para mí lo que yo deseaba que fueses, porque no obstante conocerte mucho sin embargo sigues teniendo dentro la fuerza de corazón y de cabeza que sostienen un anhelo de comunicación y de espansiones [sic] que en la generalidad he buscado en vano" (Carta de Manuel Gómez-Moreno a Elena Rodríguez-Bolívar, 17 de noviembre 1910. Castillejo, David, 1998: 369).
Hija de Manuel Rodríguez-Bolívar y Carmen López Serrano nació Elena en Granada en 1874. Su padre, fallecido siendo ella una niña, formaba parte del círculo de amistades del pintor Manuel Gómez-Moreno González, padre a su vez del arqueólogo Manuel Gómez-Moreno Martínez. Demuestra Elena un precoz talento musical, en especial para tocar el piano. A los ocho años deja el colegio y comienza a recibir clases de los mejores maestros que había en Granada, pero sin abandonar su educación en otras materias: literatura, francés, dibujo, pintura.
Agotadas en Granada las posibilidades de seguir progresando en su formación musical se traslada, junto a su madre, a Madrid, donde recibe clases del maestro José Tragó, catedrático del Conservatorio. Tragó, impresionado por las aptitudes de Elena, le propone prepararla como alumna suya para examinarse de los ochos años de piano a la vez. La joven rechaza el ofrecimiento y vuelve a Granada. No seguirá tomando clases, pero el piano le acompañará a lo largo de su vida.
Los estrechos lazos de amistad entre las familias Rodríguez-Bolívar y Gómez-Moreno hicieron que Elena y Manuel se conocieran desde la infancia, siendo muy habituales sus contactos a lo largo de los años de juventud. Cuando la juventud de ambos iba camino de la madurez (Manuel ha superado la treintena y Elena está cerca de ella) inician una relación sentimental. Se casan en Granada el 29 de mayo de 1903, en una ceremonia sencilla y sin celebración posterior.
Manuel Gómez-Moreno, en esa época, estaba inmerso en la elaboración del Catálogo Monumental de España, un ambicioso y necesario proyecto de catalogación, provincia a provincia, de un ingente patrimonio artístico mal conocido y peor protegido. Realizadas previamente las provincias de Ávila y Salamanca tenía que ponerse a trabajar con Zamora. Los recién casados hacen un corto viaje de placer a París, del que regresarán yendo directamente a Zamora, aunque pasando antes por Salamanca para hacer una visita a Miguel de Unamuno, con quien Manuel había intimado durante la elaboración del catálogo de la provincia poco tiempo antes.
Elena se implica directamente en el trabajo de Manuel, mostrando suficiencia en las tareas técnicas (fotografía) y arqueométricas así como en el reconocimiento de los objetos de interés. Así ocurre con un espléndido bote califal de marfil que formaba parte del relicario de la catedral de Zamora. Nada más posar sus manos y ojos sobre la pieza, antes que Manuel, sabe que acaban de hacer un importante descubrimiento. Inmersa en un contexto novedoso de investigación del que Manuel es sin duda el mejor maestro, salen a la luz sus enormes capacidades. En una visita al pueblo de Bermillo de Sayago asiste a una celebración religiosa cantada en la que identifica, con acierto, tonalidades que podrían ser de bastante antigüedad. De algún modo Elena está haciendo arqueología musical, sobre el terreno.
Tras dos campañas por la provincia de Zamora se instalan en Madrid y sacan adelante, en tiempo y forma, la versión manuscrita del catálogo, acompañada de un tomo con fotografías realizadas y reveladas por ellos. Es Elena la que pasa a limpio el texto definitivo, esmerándose en presentarlo con una caligrafía clara y elegante. También se encarga de componer y rotular el volumen de imágenes.
En el futuro, más allá de los viajes de placer o compromiso que realizó la pareja, Elena no tuvo una participación científica activa semejante a la experimentada durante la elaboración del catálogo zamorano. No obstante, la estimulante vida social de la familia Gómez-Moreno hizo que Elena conociera y tratara a un sinfín de personas relacionadas con la cultura, el arte, la ciencia, la política. Por ejemplo, fue la única mujer que participó en las tertulias de Guillermo de Osma y Vicente Lampérez, hace más de un siglo. Tuvo estrecha amistad con las familias Giner, Ferrant, Tormo, Menédez-Pidal, Marañón, Angulo y tantas otras.
Autor del texto: Fernando Arce Sainz (UTAI CCHS-CSIC)
Bibliografía
- Ares, Nacho; Sadia, José María. Ser Historia. "El trabajo de catalogación artística y monumental del matrimonio Gómez-Moreno". [Consultado el 06-03-2019]
- Castillejo, David: Epistolarios de José Castillejo y de Manuel Gómez-Moreno, II: El espíritu de una época, 1910-1912. Madrid, 1998.
- Gómez-Moreno Rodríguez, María Elena: Manuel Gómez-Moreno Martínez, Madrid, 1995.
- Gómez-Moreno Calera, José Manuel: Manuel Gómez-Moreno Martínez (1870-1970), Granada, 2016.
- Lorenzo Arribas, José Miguel: Menudarrias zamoranas y el oído de Elena Rodríguez-Bolívar. [Consultado el 05-03-2019]
- Lorenzo Arribas, José Miguel y Pérez Martín, Sergio: Excursiones zamoranas (1903-1094). Epistolario de Manuel Gómez-Moreno y Elena Rodríguez-Bolívar, Zamora, 2017.
- Martín Benito, J.I. y Regueras Grande, F. :"El Bote de Zamora: historia y patrimonio", De arte: revista de historia del arte, 2, 2003, p. 203-224
- Patrimonio en femenino: ausencias y silencios
* Las imágenes familiares proceden de la biografía escrita por Mª Elena Gómez-Moreno, del epistolario de José Castillejo y Manuel Gómez-Moreno y del Archivo Fotográfico de Manuel Gómez-Moreno y Ricardo Orueta (ACCHS-CSIC).
